Hoy la poesía se respira en el aire, y la Naturaleza principal diseñadora de poemas, se vale de todos sus lenguajes para hacerlo: a través del viento, el sol, los árboles, sus ramajes, sus hojas, para entregar todo el colorido, movimiento, luces, sombras, sonido, vida, en un día tan claro y despejado, que los cerros parecen tan cercanos, como al alcance de la mano.
Nosotros, los del Pablo, estamos hoy 21 de marzo, en nuestra
primera actividad del presente año, preparados para celebrar el Día Mundial de
la Poesía, aquí en el Instituto Comercial, que lleva el nombre del pintor
sanfernandino de los hermosos paisajes cordilleranos, Alberto Valenzuela
Llanos, lugar donde compartiremos los versos con un grupo de jóvenes de
enseñanza media dispuestos a enamorarse de la palabra escrita. Hoy, en el día de una Poesía que no se
conforma con un solo día del año, sino que considera suyos todos los días.
En la Biblioteca se encuentra don Carlos
Montecinos, Director del Instituto, algunos profesores y treinta y cinco alumnos,
en el ambiente más propicio para un Recital de Poesía, el lugar donde los
libros son personajes principales.
Cada asistente recibe uno de los Poemarios recién
confeccionados, desde donde vamos a leer y compartir. El tiempo no existe, y comenzando nosotros,
como siempre, uno a uno lee un poema propio o de la poeta Elena Demur, a quien
estamos manifestando nuestro aprecio por su calidad de ser humano, y su vena
poética plena de detalles y colores, que durante este año será leída por
muchas personas más en otras diversas actividades nuestras. Estudió en la Escuela Normal de Talca y dedicó
su vida a la docencia. De su obra
poética podemos intuir la grandeza de su espíritu, su sensibilidad, honestidad,
y el gran amor que sentía por su familia y por sus “niños”, los alumnos, con
versos en los que reflejó con cada vivencia, las etapas de su vida, la naturaleza y
el amor.
Luego de jubilar, continuó su labor en el liceo José Gregorio
Argomedo, colegio en el que tuvo el honor de trabajar junto a ella, el profesor
de matemáticas, ahora del Instituto Comercial, don Enrique González, cuyo deseo
ha sido rendir también hoy y aquí, un homenaje a esta gran dama, empática, trabajadora más
allá del deber, para lograr los más elevados propósitos en bien de sus alumnos.
La lectura de poemas tiene el fondo musical de la guitarra de
nuestro amigo Miguel Llanos quien además interpreta diversos temas para todos
nosotros, entre ellos “Alfonsina y el
mar” de Ariel Ramírez y Félix Luna, y el poema de Gabriela Mistral “Miedo” (“Yo
no quiero que a mi niña golondrina me la vuelvan…"), el cual musicalizó tiempo
atrás. Luego de nuestra intervención, le
corresponde a los alumnos asistentes participar, y esta vez vari@s jóvenes se acercan a
compartirnos un poema, también los profesores se atreven, e incluso la alumna
Paz Orellana, acompañada por nuestro guitarrista, interpreta una versión moderna
y muy interesante de “Los momentos” de Eduardo Gatti.
Hoy, como las abejas de un panal, hemos podido repartir entre
todos la miel de la palabra poética instando a tod@s est@s jóvenes a vivir y
sentir la poesía como una parte muy cercana de sus vidas, ya que la poesía es
una gran herramienta de transmutación en los momentos difíciles y las
encrucijadas de la vida, que nos ayuda también a exponer sentimientos y
emociones, y sirve para expresar de otro modo lo que a veces nos cuesta
decir. La poesía existe en cada uno,
aunque no lo sepamos, ahora hay que ayudarla a salir, a decir, sacarla de
nuestro interior y escoger mirar la vida y el mundo a través de ella, porque la poesía nos hace compartir y no competir.
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